Thank you to all of our youth and adult volunteers who participated in our diocesan Work Camp in the Shenandoah Valley from June 17-23! How often is it that teens raise money to go for a week to live in a school while working each day to help those in need?! This year over 600 diocesan teens and hundreds of adults built ramps, installed windows, re-roofed houses, re-did bathrooms, painted and cleaned the homes of strangers.
Our parish took over 20 teens and five adults for the week while other adults volunteered for various roles – security, contractor, etc. In addition to practicing the corporal works of mercy, the teens were able to begin each with Mass (7am). They were also able to spend time with Jesus in Eucharistic Adoration on Tuesday night while having the opportunity to go to confession (over 30 priests were available). Our Bishop led the Eucharistic Holy Hour and offered morning Mass the next day.
One might think a week of few comforts while paying to work would not be enjoyable. If there is a word to describe the experience of Work Camp, it is joy. It is uncanny the amount of joy at Work Camp. That is not to say everything is perfect. But, doesn’t it make sense? When one loves, one grows in joy; for, to love is to grow in God’s life in one’s soul. If there are teens in your family, next year’s Work Camp might be a consideration when planning the summer. I am not sure there is another experience quite like it in our country. Paul Bevins, our Youth Minister, is more than willing to provide information to anyone interested.
God bless
FRVW
¡Gracias a todos nuestros voluntarios jóvenes y adultos que participaron en nuestro Campamento de Trabajo diocesano en el Valle de Shenandoah del 17 al 23 de junio! ¡¿Cuán a menudo es que jóvenes recaudan dinero para ir a vivir en una escuela secundaria durante una semana mientras trabajan cada día para quienes están más necesitados?! Este año más de 600 jóvenes diocesanos y cientos de adultos construyeron rampas, instalaron ventanas, pusieron techos en casas, re-construyeron baños, pintaron y limpiaron casas de extraños.
Nuestra parroquia llevó más de 20 jóvenes y cinco adultos para la semana, mientras que otros adultos fueron voluntarios en varios papeles – seguridad, contratistas, etc. Además de practicar obras corporales de misericordia, los jóvenes pudieron comenzar cada día con Misa (7am). También pudieron pasar tiempo con Jesús en Adoración Eucarística el martes en la noche mientras tuvieron oportunidad de confesiones, (más de 30 sacerdotes disponibles). Nuestro Obispo dirigió la Hora Santa y ofreció Misa al día siguiente.
Uno pensaría que una semana con pocas comodidades mientras uno paga por trabajar no será divertida. Si hay una palabra para describir la experiencia del Campamento de Trabajo es alegría. Es asombrosa la cantidad de alegría en el Campamento de Trabajo. No quiere decir que todo es perfecto. Pero, ¿no tiene sentido? Cuando uno ama, uno crece en alegría; porque, amar es crecer en la vida de Cristo en el alma de uno. Si tiene jóvenes adolescentes en su familia, a lo mejor pueden considerar el Campamento de Trabajo del próximo año cuando planifiquen su verano. No estoy seguro que haya una experiencia parecida en nuestro país. Paul Bevins, nuestro Ministro de Jóvenes, está más que dispuesto a proveer información a quien esté interesado.
Dios los bendiga
FRVW
