In his book, Feast of Faith, Cardinal Joseph Ratzinger has a number of practical thoughts into the Mass as the Sacrifice of Jesus to God, the Father.
Cardinal Ratzinger reminds us that in the early Church the Christians placed a crucifix or cross on the wall. They would face the crucifix when they prayed. Why? The crucifix was a reminder of Jesus’ Passion, Death (AND Resurrection); His Redemption of the world. It was also a sign of hope as Jesus Rose from the Dead. He promised the same for us. Finally, the crucifix was a sign of the entire world, ‘cosmos,’ worshiping Jesus. All of creation is affected by His Redemption. All mankind, in a sense, are facing this symbol of His Redemption and Love.
In the front of our churches you will notice a crucifix prominently displayed. The Cardinal states that by the 1800s many had forgotten why the priest and people faced in the direction they did. It goes back to the early Christian practice of facing the crucifix.
There is a related reason the priest and people historically faced the same direction at Mass. Most Catholic churches are built to face east. East is the direction of dawn. Each day the sun ‘rises from the dead.’ Light conquers darkness. It is a reminder of the Resurrection of Jesus from the dead – and our future resurrection.
Cardinal Sarah has written that the priest and people facing east reminds us of a truth of Mass: through Jesus’ Sacrifice, in the power of the Holy Spirit, we go to the Father together. Mass is not a ‘closed circle,’ as Cardinal Ratzinger wrote in Feast of Faith. There can be confusion when the priest and people face each other. We can forget what is actually occurring at Mass. Mass is not about the priest and people having a conversation (though there are legitimate times in Mass when the priest and people interact). Mass is the Sacrifice of Jesus to God, the Father. The priest stands in the Person of Jesus in offering the Perfect Sacrifice. The people join with their prayers to God, the Father through Jesus Christ in the unity of the Holy Spirit – worship of the Blessed Trinity.
More to ponder!
God bless
FRVW
uego miré, y oí la voz de muchos ángeles que están alrededor del trono, de los seres vivientes y de los ancianos. Había millones y millones de ellos, y decían con fuerte voz: ‘¡El Cordero que fue sacrificado es digno de recibir el poder y la riqueza, la sabiduría y la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza!’ Y oí también que todas las cosas creadas por Dios en el cielo, en la tierra, debajo de la tierra y en el mar decían: ‘¡Al que está sentado en el trono y al Cordero, sean dados la alabanza, el honor, la gloria y el poder por todos los siglos!’ Los cuatro seres vivientes respondían: ‘¡Amen!’ y los veinticuatro ancians se pusieron de rodillas y adoraron. (Apocalipsis 5: 11-14)
En su libro, Feast of Faith (Fiesta de Fe), el cardenal Joseph Ratzinger tiene un número de pensamientos prácticos dentro de la Misa como el Sacrificio de Jesús a Dios Padre.
El cardenal Ratzinger nos recuerda que en los comienzos de la Iglesia, los cristianos ponían un crucifijo o cruz en la pared. Ellos se ponían de frente en dirección al crucifijo y rezaban. ¿Por qué? El crucifijo es un recordatorio de la Pasión, Muerte (Y Resurrección) de Jesús; Su Redención del mundo. También era un símbolo de esperanza cuando Jesús Resucitó de entre los Muertos. El prometió lo mismo para nosotros. Finalmente, el crucifijo era un símbolo del mundo entero, el ‘cosmos’, adorando a Jesús. Toda la creación está afectada por Su Redención. Toda la humanidad, de alguna forma, están de frente a este símbolo de Su Redención y amor
Al frente de nuestras Iglesias ustedes notan un crucifijo expuesto de forma prominente. El cardenal declara que para los 1800 muchos habían olvidado porque el sacerdote y la comunidad estaban de frente en la dirección que estaba. Se remonta a la práctica cristiana primitiva de estar de frente al crucifijo
Hay una razón relacionada por la que el sacerdote y la comunidad enfrentan la misma dirección en la Misa. La mayoría de las Iglesias católicas están construidas de frente al este. Es este es la dirección del amanecer. Cada día el sol se ‘levanta de entre los muertos’. La luz conquista la oscuridad. Es un recordatorio de la Resurrección de Jesús de entre los muertos – y de nuestra futura resurrección
El cardenal Sarah ha escrito que el sacerdote y las personas viendo hacia el este nos recuerda la verdad de la Misa: a través del Sacrificio de Jesús, en el poder del Espíritu Santo, vamos juntos hacia el Padre. La Misa no es un ‘círculo cerrado’, como escribió el cardenal Ratzinger en Feast of Faith (Fiesta de Fe). Puede haber confusión cuando el sacerdote y las personas están viéndose de frente. Podemos olvidar lo que está ocurriendo en la Misa. La Misa no se trata de que el sacerdote y las personas tengan una conversación entre ellos (a pesar de que legítimamente hay momentos en la Misa en los que las personas y el sacerdote interactúan). La Misa es el sacrificio de Jesús a Dios Padre. El sacerdote está en la Persona de Jesús al ofrecer el Sacrificio Perfecto. Las personas lo acompañan con sus oraciones a Dios Padre a traces de Jesucristo en la unidad del Espíritu Santo – adorando la Santísima Trinidad.
¡Más para reflexionar!
Dios los bendiga
FRVW