Thank you to everyone who helped and came to our Blessed Michael McGivney picnic celebration on Saturday, August 13th! Another good opportunity to spend time with fellow parishioners!
As we continue our discussion of the Mass as the Sacrifice of Jesus to God the Father in our behalf, have you ever noticed how often the following words are used: sacrifice, offering/oblation, victim and lamb? Take a look in your missal or missalette from the Offertory of the Mass until Holy Communion. These words are throughout in the silent and vocal prayers of the priest as well as the vocal prayers of the people. For instance, the priest turns and says to the people at the Offertory of the Mass: Pray, brethren that my sacrifice and yours may be acceptable to God, the almighty Father. The people respond, May the Lord accept the sacrifice at your hands for the praise and glory of his name, for our good and the good of all his holy Church.
The Sacrifice being spoken of is the Sacrifice of Jesus to God the Father that will occur on the altar in just a few moments. (True, the ‘sacrifice’ of the people is each person’s own prayers and sacrifices offered in union with the Sacrifice of Jesus at the hands of the priest.) The Sacrifice at the hands of the priest is the same Sacrifice that Jesus Offered in His Passion and Death to the Father. This Sacrifice is re-presented in time; not represented. It is the same Sacrifice offered by the God-man eternally in heaven to God the Father. Jesus is Really Present on the altar, in His Glorified Body, Offering Himself to the Father as He does in Heaven. There is no suffering, no crucifixion since there is no suffering in heaven in the glorified state (there is no lack of a good – i.e. suffering – in heaven because one is in the presence of Goodness Himself).
In each Eucharistic Prayer the theme of sacrifice is pronounce! For example, in Eucharistic Prayer I, within the first sentence the priest prays: . . . bless these gifts, these offerings, these holy and unblemished sacrifices, which we offer you . . . . The bread and wine are the immediate gifts spoken of – we join our own prayers and sacrifices – which will become Jesus Christ’s Body, Blood, Soul and Divinity – The Perfect Sacrifice.
After the Consecration, the Real Presence of Jesus on the altar and His Sacrifice is clear: Therefore, O Lord, as we celebrate the memorial of the blessed Passion, the Resurrection from the dead, and the glorious Ascension into heaven of Christ, your Son, our Lord . . . this pure victim, this holy victim, this spotless victim, the holy Bread of eternal life and the Chalice of everlasting salvation.
Next time, perhaps we can explore the ‘Lamb of God’. It would also be good to note the direction of the prayers at Mass.
God bless
FRVW
¡Gracias a todos los que ayudaron y vinieron a nuestro picnic en celebración del Beato Michael McGivney el sábado 13 de Agosto! ¡Otra buena oportunidad para pasar tiempo con otros feligreses!
Mientras que continuamos nuestra discusión acerca de la Misa como el Sacrificio de Jesús a Dios Padre por nosotros, ¿han notado alguna vez lo a menudo se usan las siguientes palabras?: sacrificio, ofrenda/oblación, víctima y Cordero? Vean su misal o misalete, desde el Ofertorio de la Misa hasta la Sagrada Comunión. Estas palabras están por todos lados en las oraciones silenciosas y vocales del sacerdote, así como en las oraciones vocales de los feligreses. Por ejemplo, el sacerdote dándose vuelta hacia los feligreses, durante el Ofertorio de la Misa les dice: Oren, hermanos para que este sacrificio mío y de ustedes sea agradable a Dios, Padre Todopoderoso. Los feligreses responden: el Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, por nuestro bien y el de todas su santa Iglesia.
El Sacrificio del que se habla es el Sacrificio de Jesús a Dios Padre que va a ocurrir en unos minutos en el altar. (Verdad, ‘el sacrificio’ de la gente son las propias oraciones y sacrificios de cada persona ofrecidos en unión con el Sacrificio de Jesús de manos del sacerdote). El Sacrificio en las manos del sacerdote es el mismo Sacrificio que Jesús Ofreció a Su Padre en Su Pasión y Muerte. Este Sacrificio es re-presentado (presentado una y otra vez) en el tiempo; no es representado. Es el mismo Sacrificio ofrecido por el Dios-hombre eternamente en el Cielo, a Dios Padre. Jesús está Realmente Presente en el altar, en Su Cuerpo Glorificado, Ofreciéndose a si mismo al Padre, así como lo hace en el Cielo. No hay sufrimiento, ni crucifixión ya que en el Cielo no hay sufrimiento en el estado glorificado (no hay falta de lo bueno – por ej. de un bien – porque en el Cielo uno está en la presencia de la Bondad Misma).
¡En cada Oración Eucarística, se pronuncia el tema del sacrificio! Por ejemplo, en la Plegaria Eucarística I, dentro de la primera oración el sacerdote reza: … que bendigas estos dones, este sacrificio santo y puro que te ofrecemos … Inmediatamente después se habla de los dones del pan y el vino – unimos nuestras oraciones y sacrificios – los cuales se convertirán en el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Cristo – el Sacrificio Perfecto.
Después de la Consagración, la Real Presencia de Jesús en el altar y Su Sacrificio es claro: Por eso, Padre, nosotros, tus siervos, y todo tu pueblo santo, al celebrar este memorial de la Muerte gloriosa de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, de su Santa Resurrección del lugar de los muertos y de su admirable Ascensión a los Cielos … el sacrificio puro, inmaculado y santo: Pan de vida eterna y cáliz de eterna salvación.
La próxima vez, a lo mejor podemos explorar el ‘Cordero de Dios’. También va a ser bueno tomar nota de la dirección de las oraciones en la Misa.
Dios los bendiga
FRVW